El jueves pasado me rompí tibia y peroné muy cerca del tobillo izquierdo. Fue de una forma un poco inexplicable cuando estaba corriendo agachado en una actividad de paintball con la empresa.
Después de 3 horas de operación en donde seguí con atención toda la ferretería que me han colocado, ahora ya estoy bastante mejor. Me han quitado drenajes, me duele mucho menos, ya hoy puedo comer, voy al baño a la pata coja y parece que cada día es una pequeña reconquista de esas cosas que hacemos todos los días
Me queda ppor delante un largo camino de inmovilización y luego recuperación. Tampoco sé si en un año me quitarán alguna de las placas que me han puesto.
Después de uno de estos «tropezones» que te encuentras de vez en cuando en la vida, de esos que te hacen bajar un par de escalones de golpe en la escalera o pirámide de Maslow, solo puedo decir que soy muy afortunado con mi familia, amigos, compañeros de trabajo, y también con mi salud que últimamente me tenía malacostumbrado.
Este post sirve como advertencia de que los posts de este verano pueden ser aún más reflexivos de lo habitual.